Sonriente, mandona. Es de ella, de nadie más. No se reconoce de ningún país, acaso sólo el de la memoria, de ahí su país inventado. Isabel Allende habla chileno en inglés, es gringa de los Andes, de los mercados, de las masas, de la popularidad.
Sonriente, mandona. Es de ella, de nadie más. No se reconoce de ningún país, acaso sólo el de la memoria, de ahí su país inventado. Isabel Allende habla chileno en inglés, es gringa de los Andes, de los mercados, de las masas, de la popularidad.